24 de abril de 2017

Haim Bejarano viaja a Béjar (2ª parte y final)



Autor: Ignacio Coll Tellechea 

      Bejarano alcanzó la máxima dignidad religiosa en 1920, cuando fue nombrado Gran Rabino de Turquía, cargo que le permitió conocer y tratar al último sultán de aquella nación, Mehmet VI, y al joven general que modernizó el país, Mustafa Kemal, Atatürk. Precisamente bajo el mandado de este Turquía vivió un proceso de secularización que afectó también a los judíos, que se vieron expuestos con frecuencia al hostigamiento de los medios afines al poder, como cuando les acusaron de ponerse a las órdenes del Gobierno de España por escribir una carta de adhesión a un homenaje a Cristóbal Colón.

 Haim Bejarano

      Su interés por España y por la cultura de sus ancestros le llevó a contactar con destacados intelectuales españoles a comienzos del siglo XX. Todo comenzó tras conocer al doctor Ángel Pulido, médico y senador vitalicio español que visitó las comunidades sefarditas del entorno del Danubio en 1903. Fascinado por la preservación del idioma y la cultura de aquellos judíos que le hablaban con ecos del siglo XV, Pulido dedicó el resto de su vida a ejercer de defensor de aquellos compatriotas expatriados, a los que admiraba y a quienes presentaba al rey Alfonso XIII como potenciales socios comerciales de España en todo el arco mediterráneo.

17 de abril de 2017

Haim Bejarano viaja a Béjar (1ª parte)



Autor: Ignacio Coll Tellechea

     Muchas historias empiezan, acaban o transcurren en un viaje. Desde La Odisea y La Divina Comedia a El Quijote pasando por el Lazarillo, la metáfora del camino sirve para contar la vida de los seres humanos, incluso la de quienes no se movieron nunca del sitio en el que nacieron.


      Antonio Muñoz Molina, uno de los escritores en lengua española más reconocidos, es un buen ejemplo de esa relación estrecha entre la palabra y el viaje como motor y razón de ser de la vida de personajes y personas. El Jinete Polaco es la historia de su propia familia a lo largo de varias generaciones. El invierno en Lisboa la del músico de jazz que persigue el amor a lomos de un piano. El viento de la luna es la crónica del final del franquismo con la llegada del hombre al satélite como hilo argumental. Pero es Sefarad, publicada en 2001, la obra que mejor exprime el tránsito como modo de vida. Es una novela compuesta por varias historias formalmente inconexas que el autor califica de “una enciclopedia de los exilios posibles”.




       Sefarad es la patria lejana de los judíos expulsados en el siglo XV. Hay disparidad de cifras entre quienes han estudiado la salida de los hebreos de Castilla en 1492 que van desde los 300.000 que indicaba Isaac Abravanel, coetáneo de los acontecimientos, al medio millón que se instaló como cifra habitual en épocas más recientes. En ese momento no había censos ni se tomó nota de los que partían. Nunca sabremos cuántos se fueron.

10 de abril de 2017

Belalcázar, a la sombra de los Duques de Béjar



    Autor: Jorge Zúñiga Rodríguez

      Belalcázar es un municipio de la sierra de Córdoba de carácter monumental por las importantes edificaciones que conserva. En 1444 Gutierre de Sotomayor, maestre de Alcántara, recibió el territorio de Juan II como señorío junto con otras villas, y al casarse su hijo Alfonso con Elvira de Zúñiga, hija del I duque de Béjar, Enrique IV lo elevó a condado en la persona del hijo de ambos, Gutierre de Sotomayor y Zúñiga. De 1544 a 1777 el título pasó a poder de los Zúñiga duques de Béjar por el matrimonio de Francisco de Zúñiga y Sotomayor, antes Francisco de Sotomayor y Portugal, bisnieto de Elvira de Zúñiga, con su prima Teresa de Zúñiga y Manrique de Lara, III duquesa de Béjar.   




Belalcázar actual, Castillo e Iglesia. Pueblos-espana.org



         Situada a 330 kilómetros al sur de Béjar y fundada por los árabes en el siglo VIII, Belalcázar se llamó originalmente Gafiq o Gahet. El cambio de nombre se atribuye a la reina Isabel, que en visita al titular habría exclamado: ¡Qué bello alcázar tenéis, señor conde!, y es paradigma de edificios que le dieron nombre a la localidad. Como sede del condado fue capital de Hinojosa del Duque y de Villanueva del Duque, nombres que aluden a los duques de Béjar, y de Fuente la Lancha, municipio que hasta hoy incluye en su heráldica el escudo ducal bejarano.



3 de abril de 2017

Virreyes de Cataluña del linaje de los duques de Béjar



 Autor: Jorge Zúñiga Rodríguez

       Con los nombres alternativos de visrei, virrei, lloctinent y capità general de Catalunya, quienes ostentaron este título representaron al rey de Aragón y luego a los monarcas españoles desde fines del siglo XIII hasta comienzos del XVIII. Estos funcionarios residían en el Palau del Virrei (más tarde Palau Reial) situado en la Ciutat Vella de Barcelona, que se incendió en 1876.  




Incendio del Palacio Real de Barcelona, óleo de Manuel Cuyàs Agulló (wikipedia)



Antonio de Zúñiga y Guzmán, nieto del I duque de Béjar Álvaro de Zúñiga y hermano del II del mismo nombre que el abuelo de ambos, fue prior de la Orden de San Juan de Jerusalén en Castilla, general del ejército imperial en la Guerra de las Comunidades, y capitán general y virrey de Cataluña entre 1523 y 1525. En el Patio de Honor de la Capitanía General de Barcelona (Paseo de Colón 14) hay un recordatorio de su gobierno.




Conjunto de azulejos con el nombre y el escudo familiar de Antonio de Zúñiga en Barcelona


28 de marzo de 2017

Siguiendo el rastro del retrato del general Ramón Pardiñas (2ª parte)


Autor: Carmen Cascón Matas
Publicado: Semanario Béjar en Madrid,  4.753 (20/05/2016), p. 6.



Con respecto al artista del retrato del general Pardiñas que se conserva diremos que en julio de 1871 se encarga a Juan Gómez de la Torre en Madrid, un representante del Ayuntamiento bejarano en la Corte, que contrate a un pintor, barajándose los nombres de Cappa y Acosta. Gómez de la Torre se inclina por este último por ser “persona muy capaz para llenar los deseos que se apetecen, no solo me fundo en las obras que tiene en su estudio, que he visto, sino en los premios que ha ganado tanto en el Reino como en el Extranjero, considerando persona más autorizada para informar con más acuerdo[1]”. Por carta de Marcos Giráldez Acosta sabemos que se iba a tratar de un retrato “de vara y media (poco más o menos) con manos, tamaño natural, y con uniforme. 4.000 reales, mínimo, 9.000 máximo[2]”. Y pregunta si puede elegir con libertad si plasmarle en traje de gala o de campaña, o decidirá el Ayuntamiento. Como sabemos le representará en uniforme de gala y se estimará el precio menor, es decir 4.000 reales. 

 Retrato del general Pardiñas que se conserva en el sala de concejales del Ayuntamiento de Béjar

     Una vez obtenido el consenso de los miembros del Ayuntamiento y elegido al artista, el defendido Acosta, se procede a dar los pasos siguientes con respecto al encargo del retrato. Y una pregunta asalta tanto a los concejales como al artista. ¿Cómo eran los rasgos faciales del militar fallecido hacía ya tantos años?