8 de agosto de 2016

Béjar y Tomé: un paralelo industrial entre dos ciudades distantes



Autor: Jorge Zúñiga Rodríguez

     A más de 10.000 kilómetros de distancia (línea roja), Béjar, en España, y Tomé, en Chile, presentan un interesante símil en su desarrollo industrial, aunque con algunos siglos de diferencia respecto de su surgimiento. A ambas urbes el proceso les otorgó identidad y las introdujo en el ámbito del progreso, que, como se sabe, es siempre relativo, fluctuante y efímero. A continuación, algunos datos comparativos a la luz de la historia.  

España y Chile en el mundo. Lahistoriaconmapas.com 

       En Béjar, el intercambio de esta villa por la de Frías con Enrique III en 1396, permitió a Diego López de Estúñiga el control de las cañadas por donde pasaban los rebaños de ovejas productoras de lana, una de las principales fuentes de riqueza del reino. Sus descendientes, los Zúñiga duques de Béjar, aprovecharon las aguas del río local y establecieron un tinte para la lana en 1596, y en 1691 iniciaron la producción pañera con la traída de maestros flamencos especializados. En el siglo XIX la actividad se consolidó en la producción de pañería fina, y pasó de la casa ducal a manos de empresarios burgueses al finalizar el Antiguo Régimen, hecho que puso término a los privilegios de la nobleza. Modernizada, la industria textil bejarana se benefició durante la Guerra Civil como centro  del suministro de telas para los uniformes del ejército nacional y el aparato administrativo del régimen, hasta alcanzar su punto más elevado en la década de los 60 y luego enfrentar su fin. Actualmente el tema es motivo de un paseo por los edificios abandonados de las antiguas fábricas de paño.

Complejo Textil en Béjar. Lascabanuelas.com

      En Tomé el proceso textil comenzó en 1865, después del bombardeo del puerto por la flota española que arruinó la producción de harina de trigo. El empresario estadounidense Guillermo Délano, radicado en el lugar, decidió reconvertir su anterior negocio molinero importando de EE.UU veinticinco telares para hilar la materia prima obtenida de ovejas magallánicas y argentinas. Así surgió la fábrica de Paños Bellavista-Tomé, que al adquirirla más tarde el empresario alemán Augusto Kaiser, obtuvo el contrato para confeccionar los uniformes de la tropa chilena en la Guerra del Pacífico. Después de otros propietarios, Bellavista-Tomé se modernizó con nuevas maquinarias, y a mediados del siglo XX se convirtió en la principal exportadora latinoamericana de telas de calidad. Nacionalizada en 1970, la fábrica fue controlada por una cooperativa de trabajadores hasta que, durante la dictadura militar, volvió a manos de particulares con el nombre de Bellavista Oveja Tomé. Hoy mantiene la producción luego de ser salvada de la quiebra por el Estado, y su estructura se considera Patrimonio Arquitectónico de la ciudad. 
      


Complejo Textil en Tomé. Cyborgsoto

       Al desarrollo textil bejarano se han dedicado numerosos estudios, y acerca de su extinción opinan los profesionales del rubro Javier R. Sánchez y Carmen Vázquez en el artículo La ciudad de Béjar y su patrimonio industrial textil, publicado en el n° 42, 2009, de la Revista Informativa del Colegio Oficial de Ingenieros Industriales de Madrid:

         Si nos paramos a reflexionar sobre los datos aportados en este trabajo, comprobaremos la importante transformación que tuvo para la ciudad de Béjar el proceso de industrialización, tanto a nivel económico con el paso de una economía basada en procesos artesanales a otra basada en la mecanización de procesos; a nivel energético con la utilización de nuevas formas de energía como el carbón, la electricidad o el petróleo; y a nivel social con el crecimiento de la población y la generación de puestos de trabajo.

      Hoy en día todos los países desarrollados han tenido que diversificar su economía, perdiendo peso el sector industrial y ganándolo el sector servicios. Béjar no ha sido ajeno a este proceso, y como ya se ha indicado, el sector textil ya no es la principal fuente de riqueza para sus habitantes.               



La Industria Textil Lanera de Béjar de Rosa Ros Massana, 
ubicado por Junta de Castilla y León en 2006, 
y Bellavista Oveja Tomé, de varios autores, 
publicado por la Universidad San Sebastián en 2012.

        Por su posición junto al mar, Tomé cuenta con otra fuente de actividad económica importante como es la industria pesquera, expresada en la fábrica de alimentos marinos Pesquera Camanchaca, que procesa el salmón y el langostino. Este recurso, sin embargo, no ha estado exento de fluctuaciones tanto económicas como ecológicas, debidas estas últimas a la aparición eventual del virus ISA en las costas.     

10 comentarios:

  1. Las economías van y vienen, pero los pueblos permanecen... de momento.

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  2. Interesante símil. Es posible que en otras ciudades se den similares contextos.

    Besos Carmen

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  3. Las industrias desaparecen con el paso de los años,y se transforma en otra . Esta que tu describes de forma tan clara en esta entrada es un ejemplo bien claro,lo bonito está en conservar el edificio antiguo. Aquí pasa algo parecido con la industria conservera, algunas desaparecieron pero queda la construcción donde estaba ubicada y se le dio otra utilidad.
    Besos Carmen.
    Puri

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  4. Suele ocurrir que una población destaque por un determinado articulo que con posterioridad decaiga su uso, pero se la sigue conociendo por ese articulo.

    Saludos.

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  5. Siempre hay que ver el progreso e ir a lo practico, pero me da una cierta nostalgia ver los cambios y los que uno va dejando atrás.
    Un abrazo.

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  6. Siempre es hermoso encontrar paralelismos, hermanamientos... que unen más que separan.
    Un saludo.

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  7. Curiosa coincidencia, ambas industrias alcanzaron sus mejores tiempos de producción fabricando tela para los uniformes de las tropas de una guerra...

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  8. Tengo entendido que la industria textil empleó en Chile a muchos palestinos, aunque ignoro si fue el caso de Tomé.

    Feliz fin de semana.

    Bisous

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    Respuestas
    1. En la época de la fundación Tomé había pocos palestinos en Chile. Los que llegaron después fundaron empresas textiles en la zona central, Yarur por ejemplo, y la mayoría se dedicó a intermediarios (Hasbún, Eltit, Massú, etc.) Atte., JZR.

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"No existen más que dos reglas para escribir: tener algo que decir y decirlo." Óscar Wilde.